“Los auditores modernos deben reforzar su flexibilidad y formación tecnológica”
El destacado experto y académico universitario, enfatiza la necesidad de modernizar las competencias técnicas y las habilidades de adaptación de los profesionales del sector, para así estar mejor preparados para enfrentar las nuevas vertientes del “ciber crimen financiero”.
El mundo moderno está en constante cambio. Y en ese contexto, no solo evolucionan las reglas que permiten su desarrollo justo y equitativo, sino también las acciones destinadas a transgredir las normas, especialmente debido a la creciente influencia de las nuevas tecnologías digitales.
Así lo asegura el académico universitario y experto en prevención, detección e investigación de fraude, lavado de activos y auditoría Forense, Luis Villalobos Aracena, quien desde 2007 ha desarrollado una destacada carrera como perito judicial en contabilidad y auditoría, y cuya experticia le ha permitido participar en investigaciones con profunda repercusión mediática.
Hoy, como investigador y socio principal de la firma Villalobos Auditores Peritos y Consultores Ltda., y como académico de pre y posgrado de las universidades Central, Católica Silva Henríquez y Politécnica Salesiana del Ecuador, hace un llamado para que todos los profesionales del sector, profundicen sus competencias, conocimientos y habilidades, para así estar mejor preparados para enfrentar los constantes cambios y desafíos que presenta el actual entorno de transformación digital y cultural, donde “el crimen financiero también evoluciona constantemente”.
– Usted tiene una extensa trayectoria en el área de auditoría. ¿Cuáles han sido los hitos más importantes de su carrera?
Mis mayores hitos profesionales han sido participar como investigador o auditor forense en los grandes casos de fraudes económicos de impacto público en nuestro país, como los casos La Polar, Penta, Johnson, y otros que se encuentran actualmente vigentes y en pleno desarrollo de investigación en el Misterio Público y en tribunales de justicia. Pero además del ejercicio directo de la profesión, también fue importante para mi carrera profesional convertirme en docente de pre y posgrado en universidades chilenas y extranjeras, dictando justamente la cátedra de auditoría forense, cumpliendo de esta forma mi aporte en una labor formativa y de perfeccionamiento de nuevos profesionales.
– ¿Cuáles son hoy los principales desafíos de la auditoría, en medio de un escenario tecnológico, digital y en constante cambio evolutivo?
La auditoría en general ha experimentado cambios significativos en los últimos años debido a la rápida evolución tecnológica y digital. Esto ha requerido que los profesionales necesariamente hayan tenido que adaptarse, capacitarse y perfeccionarse, para ser más flexibles, estar bien informados y ser proactivos en la adopción de nuevas tecnologías y metodologías. La capacidad para combinar el conocimiento técnico con una comprensión profunda de los procesos y riesgos empresariales es clave para enfrentar estos retos con éxito. Además, la evolución de las tecnologías ha traído como consecuencia un aumento de los ciberataques y robo de datos personales, lo que exige a los auditores implementar prácticas de seguridad y privacidad con mecanismos de asegurabilidad, que sean robustos y estén en conformidad con las normativas. Todo esto se traduce en que los auditores deben estar preparados para identificar y evaluar nuevos tipos de riesgos asociados con las innovaciones tecnológicas y los cambios en el entorno empresarial.
– En tal sentido, ¿cree que las amenazas y debilidades que afectan la probidad o correcto funcionamiento del sistema financiero, hoy son más complejas de enfrentar y resolver?
Efectivamente. Hoy los mercados financieros están más interconectados que nunca, lo que significa que las crisis o problemas en un área pueden tener repercusiones globales de forma casi inmediata, pero también esta interconexión facilita el movimiento de fondos y activos, de manera que pueden ser difícil de rastrear y controlar, lo que complica la supervisión y el cumplimiento. Asimismo, las técnicas de fraude electrónico, los ciberataques y la corrupción son amenazas crecientes y evolutivas, que requieren métodos de detección y prevención cada vez más sofisticados. Es por ello que la cultura organizacional dentro de las instituciones financieras puede influir en la probidad y el comportamiento ético. Ello requiere que las instituciones sean capaces de adaptarse rápidamente a cambios y amenazas emergentes, mediante una planificación y estrategia de gestión de riesgos efectivas.
– En medio de este contexto, ¿cuáles son las competencias y habilidades que hoy debe fortalecer un auditor financiero o una empresa auditora, para realizar con éxito sus tareas?
Es crucial que fortalezcan competencias técnicas, habilidades blandas y conocimientos especializados. Deben ser capaces de utilizar herramientas avanzadas de análisis de datos y Big data para identificar patrones, tendencias y anomalías, como asimismo tener mayor comprensión de los principios básicos de ciberseguridad y de las amenazas digitales, para evaluar los controles de TI y la protección de datos, como también estar familiarizados con la tecnología blockchain y sus implicaciones para la auditoría y el fraude financiero. También deben conocer y dominar las normas de auditoría y las normas internacionales de contabilidad IFRS, así como las regulaciones financieras aplicables y la normativa legal vigente en nuestro país. Además, es de vital importancia desarrollar habilidades para identificar, evaluar y responder a riesgos clave en la auditoría, para así tomar decisiones informadas basadas en análisis de datos y evaluación de riesgos.
A esto se suma el uso de nuevos software y herramientas de auditoría digital para realizar pruebas y recopilar evidencia que permita desarrollar y organizar auditorías de manera eficiente, asegurando que se cumplan los plazos y objetivos. Fortalecer estas competencias y habilidades permitirá a los auditores financieros, auditores de fraudes y empresas auditoras enfrentar los desafíos actuales y futuros con éxito, ofreciendo valor añadido a sus clientes y manteniendo altos estándares de calidad y ética en su trabajo.
– Hoy existe cierta percepción generalizada respecto de que los fraudes corporativos, bancarios u organizacionales han aumentado, tanto en el sector privado como público. ¿Es eso efectivo?
A nivel internacional la Asociación de Certificadores y Examinadores de Fraude (ACFE), empresas de análisis de riesgos, investigaciones académicas y de consultoras muestran un aumento en la frecuencia y sofisticación de los fraudes corporativos en diversos sectores, tanto públicos como privados, que en muchos casos han tenido gran exposición en los medios. La globalización y expansión de las operaciones internacionales han creado nuevas oportunidades para el fraude y el ciber fraude, que se da, entre otros factores, por las diferencias en las regulaciones y controles que pueden ser explotadas. En este sentido, las debilidades en controles internos y la falta de supervisión efectiva y de capacitación, pueden facilitar el fraude, incluyendo en este punto la falta de segregación de funciones, controles inadecuados y ausencia de auditorías rigurosas.
– ¿Cree que el escenario actual puede favorecer nuevos casos de fraude criminal, como lavado de dinero, por ejemplo?
Sí, debido a varios factores que han evolucionado en los últimos años, como la combinación de avances tecnológicos, globalización y deficiencias en regulación y controles internos. Un papel importante en el último tiempo ha surgido a partir del uso masivo de las criptomonedas y las plataformas de intercambio, que ofrecen como elemento importante en la transacción un grado significativo de anonimato y pueden ser utilizadas para mover grandes sumas de dinero de manera rápida y con menos trazabilidad, lo que permite a los delincuentes utilizar criptomonedas para ocultar el origen de fondos ilícitos, dificultando la tarea de las autoridades competentes, persecutores y policías para rastrear y detener el lavado de dinero. Para prevenir, mitigar e investigar estos riesgos y combatir el lavado de dinero y otros fraudes criminales, es crucial que las instituciones financieras y las autoridades implementen medidas proactivas, como asegurarse de que el personal esté bien capacitado en la detección de actividades sospechosas y en el cumplimiento de las políticas de prevención de lavado de dinero, y utilizar herramientas avanzadas de monitoreo y análisis de datos para identificar patrones sospechosos.
