sábado, 11 octubre, 2025

Lorena Gallardo

CEO de Fundadoras

“Una gran líder siempre es una gran estratega.”

Lorena Gallardo, psicóloga organizacional, coach de negocios femeninos y CEO de Fundadoras, ha construido una carrera dedicada al liderazgo y la estrategia empresarial.

Por Magaly Álvarez

Con más de 15 años de experiencia en desarrollo organizacional, mentoring y formación de líderes, ella ha participado como speaker y consultora en programas de innovación y emprendimiento en Chile y el extranjero.

Bajo su liderazgo, Fundadoras —la escuela y comunidad que cofundó en 2016— se consolidó como referente nacional y hoy se prepara para expandirse a Latinoamérica, con un modelo que integra bienestar, autoconfianza y redes de apoyo para emprendedoras.

Para Lorena, “lo que hoy es un hito en Chile, mañana será un movimiento continental”, aludiendo al crecimiento potencial de Fundadoras. Asimismo, la CEO complementa que “nos estamos preparando para que, cuando más personas lleguen al camino del emprendimiento, podamos recibirlas en grande, con la fuerza y la estructura necesarias para acompañarlas”.

Mencionas a menudo que el liderazgo y la autoconfianza son claves para hacer crecer un negocio. ¿Qué estrategias concretas utiliza Fundadoras para fortalecer esta confianza en sus participantes?

Entendemos que el crecimiento de un negocio está directamente ligado al crecimiento personal de su fundadora. Por eso, en Fundadoras diseñamos estrategias que trabajan la confianza y el liderazgo como base de todo lo demás.

En primer lugar, realizamos clases con enfoque en liderazgo. Nuestras formaciones no se centran solo en el “cómo se hace” algo, sino en el “cómo se lidera” ese proceso. Les damos herramientas y matrices que ayudan en la toma de decisiones y en identificar a quién delegar. Al cambiar esa mirada, empezamos a ver resultados concretos en la forma en que gestionan y expanden sus proyectos.

En segundo lugar, promovemos un aprendizaje desde la experiencia real. Trabajamos con los casos de las propias participantes, y, así, cuando una de ellas comparte los desafíos de su negocio y se muestra vulnerable, se genera un efecto espejo que fortalece a todas: la comunidad se suma a ayudar y, al mismo tiempo, cada una encuentra respuestas para sí misma.

Por último, también incentivamos un aprendizaje colectivo y colaborativo. En todo momento, fomentamos que las participantes sean mentoras unas de otras. Cada fundadora tiene la oportunidad de enseñar o mostrar a quien está al lado, de aprender de quienes van más avanzadas y de colaborar con sus pares en la misma etapa. Esto crea un círculo virtuoso de confianza y liderazgo compartido que impacta tanto en lo personal como en lo empresarial.

Como psicóloga organizacional y coach de negocios femeninos, ¿cuáles consideras que son los desafíos más grandes que enfrentan las mujeres al pasar de ser “dueñas” a “líderes” de sus negocios?

Hay dos que se repiten y que considero las más importantes hoy. Primero, la salud mental, es decir, sostener la confianza y la autogestión emocional. Su cuidado es hoy, por lejos, uno de los mayores desafíos que enfrentamos como fundadoras de empresas. Las largas jornadas de trabajo —impulsadas por el compromiso y la pasión que sentimos por lo que hacemos—, sumadas a la hiperconexión constante, nos están pasando la cuenta.

A medida que la empresa crece, también aumentan la exposición, las decisiones complejas y, por supuesto, los miedos. En este contexto, la autorregulación emocional se vuelve clave: fortalecer la mentalidad para sostener la presión, tomar decisiones impopulares cuando es necesario y mantenernos firmes en la visión que nos guía.

Otro de los desafíos es tener la capacidad de operar desde la estrategia y no quedarse atrapada únicamente en lo táctico: soltar el control táctico y volver a la estrategia. Tanto cuando ya existe un equipo como cuando se está emprendiendo sola, es clave entender que hay dos niveles distintos: el táctico y el estratégico.

El nivel estratégico es donde ocurre la primera gran magia: la de dar dirección. En cambio, la ejecución —lo táctico— suele estar llena de ajustes, imprevistos y modificaciones que, si nos quedamos demasiado tiempo allí, pueden estancarnos e incluso hacernos perder rumbo.

Es fundamental entrenarnos con consciencia para mantener siempre la mirada en el bosque completo, recordándonos cada día hacia dónde vamos y asegurándonos de no perder de vista la dirección que guía nuestras acciones. Una gran líder siempre es una gran estratega.

Liderazgo, bienestar, estrategia, “generar con impacto” y aprendizaje en comunidad conforman el ADN de Fundadoras. ¿Cuál de estos pilares crees que es menos explorado en la formación empresarial tradicional y por qué es importante abordarlo?

En la formación empresarial tradicional, el pilar menos explorado —y al mismo tiempo más transformador— es el bienestar. Se nos enseña a diseñar estrategias, a liderar equipos, a generar impacto, pero rara vez se nos enseña a sostenernos a nosotras mismas en el proceso. Y lo cierto es que un negocio nunca puede crecer más que la capacidad de su fundadora o su líder de sostener la presión, las emociones y el ritmo.

En Fundadoras lo entendimos muy temprano: la fatiga, el estrés y la desconexión personal son el verdadero cuello de botella de las empresas. Cuando una líder está agotada, la estrategia se resiente, el liderazgo se diluye y el impacto se reduce. Pero cuando una líder se cuida, se fortalece y se reconoce como la principal “máquina de crecimiento” de su negocio, todo cambia: la empresa escala, el equipo se inspira y los resultados se multiplican.

Por eso abordamos el bienestar como un pilar estratégico, no accesorio. Una fundadora que se lidera a sí misma con equilibrio y claridad es capaz de liderar con fuerza y visión cualquier empresa.

¿Cuál ha sido el mayor desafío al escalar la comunidad y la escuela en Chile, y cómo han gestionado mantener una experiencia personalizada y de calidad? ¿Planeas crecer en Latinoamérica?

Si bien contamos con participantes de todo Chile y en América Latina en formato digital, descubrimos que la presencialidad lo cambia todo. Aunque lo digital permite eficiencia y escalabilidad, la verdadera conexión y sentido de pertenencia se generan cara a cara. Por eso, este año decidimos volver a la presencialidad, tal como en nuestros inicios hace ocho años.

Abrimos actividades presenciales (además de la escuela en línea) en siete regiones de Chile, desde Antofagasta hasta Magallanes, y el mayor desafío no fue la logística, sino la cultura de Fundadoras: encontrar a las personas locales capaces de representar nuestro ADN y transmitir la pertenencia que se vive en Santiago. La calidad de los contenidos se mantiene, aunque lo crítico es que quienes los transmiten representen de verdad el corazón de la marca.

Nuestra solución ha sido poner al frente de las regiones a nuestras mentoras de negocios certificadas por Fundadoras: mujeres que han pasado por varios años de formación con nosotros, que conocen nuestra metodología y que hoy están preparadas para mentorear, educar y acompañar estratégicamente a emprendedoras y empresarias de todos los tamaños.

Y sí, planeamos crecer hacia Latinoamérica. Me estoy preparando para dar ese salto que requerirá abrir Fundadoras a nuevos socios. Es un proceso que muchos me han pedido, porque quieren ser parte de este desafío: que una empresa que nació en Chile siga creciendo y se convierta en el mayor movimiento de emprendimiento femenino de la región.

Los encuentros Blueprint de Fundadoras se han posicionado como espacios de estrategia y co-creación entre emprendedoras. ¿Qué aprendizajes clave han surgido de estas instancias y cómo han influido en la evolución de la comunidad?

Los aprendizajes clave han sido que la presencialidad importa y aporta. Descubrimos que no basta con nuestras clases virtuales: lo que realmente mueve la aguja es conectar en persona con mujeres valiosas que acompañan el camino. Por eso, nuestras experiencias en el Hotel Sheraton se han convertido en parte del corazón de Fundadoras.

Estos encuentros han influido profundamente en el crecimiento de la comunidad, porque son el momento en que nuestras propias participantes pueden validarse sentándose en el escenario de Fundadoras, o bien invitando a otras amigas emprendedoras a vivir la experiencia. Los eventos generan un efecto multiplicador que es muy difícil de alcanzar únicamente en el mundo digital.

El Business Festival se ha transformado en un hito anual de visibilización y networking para miles de mujeres. ¿Cómo proyectas que este festival y los encuentros Blueprint se complementen para impulsar el liderazgo femenino en Latinoamérica?

El Business Festival y los encuentros Blueprint son dos fuerzas que se complementan para impulsar el liderazgo femenino en la región. El Festival es la gran vitrina continental, donde miles de mujeres se visibilizan, crean redes y acceden a oportunidades que antes parecían inalcanzables. Blueprint, en cambio, es el laboratorio estratégico, esto es, espacios más íntimos donde las emprendedoras se sientan a pensar, a diseñar y a co-crear el futuro de sus negocios junto a otras.

Juntos funcionan como un ecosistema de crecimiento: el Festival abre puertas, inspira y conecta a gran escala, mientras que Blueprint acompaña a cada fundadora a capitalizar esa inspiración en acciones concretas y sostenibles. Así proyectamos el impacto en Latinoamérica. No solo como un evento anual que emociona, sino como una plataforma continua que forma líderes, multiplica referentes y acelera el protagonismo femenino en la economía regional. Lo que hoy es un hito en Chile, mañana será un movimiento continental.

Considerando las tendencias actuales, ¿cómo visualizas el ecosistema de emprendimiento femenino en la próxima década y qué rol crees que Fundadoras jugará para lograr esa visión?

En la próxima década veremos un cambio radical en el ecosistema emprendedor. El fundador de LinkedIn, Reid Hoffman, proyecta que cerca del 50% de la población mundial tendrá alguna forma de emprendimiento en los próximos años. A esto se suman tendencias que ya destacan consultoras como WGSN: economías más colaborativas, negocios con propósito y líderes que priorizan el bienestar, el impacto y la tecnología.

Fundadoras, como empresa y como movimiento, ya está ahí. Nos estamos preparando para que, cuando más personas lleguen al camino del emprendimiento, podamos recibirlas en grande, con la fuerza y la estructura necesarias para acompañarlas.

Desde esa mirada, el emprendimiento femenino no será un nicho; se convertirá en un motor central de la economía global. Las mujeres liderarán empresas más flexibles, digitales y sostenibles, porque están acostumbradas a innovar con pocos recursos, a colaborar de manera natural y a generar impacto social desde el inicio.

El rol de Fundadoras en esa transformación es claro: abrir puertas. Siempre lo ha sido. Queremos que cada mujer encuentre aquí acceso a redes, conocimiento y oportunidades que la conecten con lo que viene. Y a nivel de contenido, asumimos la responsabilidad de traer lo más actualizado, lo más innovador y anticiparnos a los cambios. No se trata solo de acompañar a las fundadoras en lo que pasa hoy, sino de prepararlas para lo que aún no se ve, pero sabemos que llegará.

Así visualizo el futuro: una generación de emprendedoras que no solo crean negocios, sino que definen cómo será la economía en Latinoamérica y en el mundo. Y Fundadoras, como plataforma, seguirá siendo el puente entre esa visión y la realidad.

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