“Crecer solo 2,5% es demasiado modesto, Chile puede mucho más.”
Por Pierine Méndez
Para el destacado especialista, aun cuando el crecimiento del próximo año sea levemente mejor, deben hacerse más esfuerzos para reconstruir la confianza de los inversionistas y generar más incentivos de largo plazo.
Si bien el devenir económico nacional ha tenido un ligero respiro, dentro del cuadro global de inflación, caída de las inversiones y pérdida de competitividad, las señales aún no permiten trazar una perspectiva de recuperación ciento por ciento segura.
De hecho, las estimaciones tanto internas como externas cifran en cerca de 2,5% el índice de crecimiento para 2025, lo cual, a juicio del economista Joseph Ramos, “sigue siendo demasiado modesto para un país como Chile, que puede crecer mucho más, si se lo propone”.
¿Cómo definiría el devenir de la economía chilena durante 2024? ¿Nos encontramos en un período de estancamiento, pérdida de competitividad y falta de dinamismo?
Creo que el presente año ha sido decepcionante, sobre todo para el gobierno, pues este era más optimista que el sector privado respecto de los resultados. Aun así, hay que analizar las cosas con cierta distancia, porque la discusión siempre se centró en un punto intermedio entre 2 y 3%. No estábamos hablando de crecer 5%, como en los primeros 20 años de la Concertación.
Además, la gente olvida que la razón principal del bajo crecimiento de la economía en 2023 fue, por sobre todo, la política antiinflacionaria del Banco Central. Recordemos que para bajar la inflación, que en un momento llegó a 14%, subieron mucho la tasa de interés para que la gente gastara menos, y eso obviamente afectó el nivel de producción.
Por ello, el optimismo respecto de 2024, en comparación con 2023, radicaba en que el Banco Central iba a estar reduciendo la tasa de interés —cosa que ha hecho— y que entonces la economía repuntaría con moderada fuerza. A esta altura del año, sabemos que la cifra de crecimiento estará en torno a 2,3 o 2,4%, algo mayor a los pronósticos más pesimistas de principios de año, aunque ciertamente por debajo de lo que el gobierno anticipaba.
Hace muy poco el FMI rebajó las expectativas de crecimiento del PIB chileno para 2025, a menos de 2,4%. ¿Esto implica que el próximo año será aún más decepcionante?
En realidad, el Fondo Monetario solo está replicando lo que todos los analistas nacionales dicen. No es que tengan una visión más clara que nosotros. De hecho, el pronóstico para 2025 es parecido al de este año, tal vez un “pichintún” más, ya que las tasas de interés probablemente seguirán bajando, y eso dará un poco más de aire a la economía.
No se anticipa un cambio muy significativo, porque el gobierno del presidente Boric, sobre todo durante su campaña electoral, asustó al sector privado con su actitud refundacional y “anti-privados”. Esa pérdida de confianza ha repercutido durante todo el período. Si bien el gobierno ha moderado sus posturas iniciales, de todas maneras es difícil recuperar la confianza que ya perdió, y eso es un viento en contra que lo ha afectado todos estos años.
¿Considera que el manejo económico del gobierno ha influido en este escenario deprimido, o todo se debe a la influencia de factores externos?
Como ya mencioné, el gobierno, sin lugar a dudas, desalentó al sector privado, y eso se tradujo en caída de expectativas y baja inversión. A eso se suma el problema causado por los retiros de fondos de pensiones, que fueron transversalmente populistas, tanto entre los diputados del Frente Amplio como de la derecha, que entonces era gobierno.
Esos retiros generaron una fuerte inflación adicional, que obligó al Banco Central a elevar la tasa de interés, frenando aún más la economía. Así que fue esta combinación de factores —del gobierno mismo y de la política antiinflacionaria— lo que condujo a este muy lento crecimiento.
¿Y cómo influyen hoy, por ejemplo, los proyectos “emblemáticos” de la actual administración, como la reforma tributaria y de pensiones, en el desarrollo económico interno?
Diría que principalmente la política tributaria del gobierno, sobre todo en su inicio, tuvo un impacto tremendo porque era muy ambiciosa. Se quería recaudar tres puntos del PIB y subir muchos impuestos, y al final solo se ha centrado en la política antiinflación, porque no tuvo los votos suficientes para implementarse en los términos originales.
Sin duda, esos anuncios espantaron al sector privado en su momento. Por su parte, no creo que la reforma tributaria tenga efectos negativos o positivos particulares, aunque podría eventualmente traducirse en dos fenómenos: aumentar el ahorro nacional general e inducir a una mayor informalidad entre ciertos grupos de trabajadores. Aunque todo eso está sujeto a que se apruebe el eventual aumento en las cotizaciones.
Hoy persiste la sensación de que las actuales autoridades ahogan a la clase media con nuevos tributos, para financiar sus programas de reformas, pero no existe voluntad para generar nuevas alternativas de crecimiento. ¿Es eso efectivo?
Si hablamos de la campaña presidencial, ese podría haber sido un temor legítimo. Pero si analizamos lo que efectivamente ha sucedido —que solo se han implementado nuevas políticas anti evasión— creo que hay un consenso amplio en que la evasión de impuestos debe ser perseguida.
Sin embargo, también considero que el gobierno nunca tuvo como prioridad el crecimiento, y ese es un defecto del Frente Amplio en general, que ha estado mucho más preocupado de la “equidad” que del desarrollo.
Un ejemplo concreto es el proyecto para reducir los plazos de los permisos, que es una necesidad reconocida por todos, pero que no era un tema central en la campaña de la actual administración. Este proyecto puede ser mejor, pero creo que es un avance positivo.
¿Y cómo se ve el escenario económico para 2025? ¿Vamos por buen camino?
2025 va a ser levemente mejor que 2024, básicamente porque el Banco Central seguirá bajando las tasas de interés, y eso probablemente incida en un poco más de gasto. En segundo lugar, el temor que el sector privado tenía del gobierno de Boric ya se ha disipado.
Sin embargo, no va a haber un gran repunte, porque eso toma más tiempo. En lo personal, creo que probablemente sea un crecimiento en torno a 2,5%, lo cual tal vez sea mejor que lo registrado en 2023, pero aún es demasiado modesto. Chile puede más.