EL PRESIDENTE BORIC FRENTE AL CRECIMIENTO DE CHILE

En doce ocasiones el presidente Boric habló de crecimiento económico o de la importancia de crecer durante su última cuenta pública. No es poco y es importante reconocer que junto con la seguridad ciudadana este es un tema que pasó de no ser prioritario al inicio del gobierno a ocupar un lugar protagónico en el relato oficial.

Pero ¿qué dijo el presidente sobre el crecimiento? Dijo que es fundamental y que su estancamiento se arrastra desde hace más de una década. Luego agregó que la productividad está estancada desde hace más de 15 años. Un diagnóstico correcto, pero razonable para un analista, no para un presidente que dirigió el país por cuatro años y tuvo amplias facultades para cambiar el rumbo. El conformismo es más evidente cuando se argumenta que el país creció lo máximo posible dadas las condiciones estructurales heredadas y que creció más de lo pronosticado. Cuando el país crece menos de 2% en promedio nadie puede estar conforme.

El presidente también dice que este gobierno generó las condiciones para revertir esta situación, lo cual es discutible. Si bien el primer año el Ejecutivo contribuyó a reducir los desequilibrios macroeconómicos, en paralelo su agenda de reformas, sumadas al debate constitucional, elevaron la incertidumbre a niveles récord y paralizaron la inversión.

Mirando hacia delante en la cuenta pública se pronostica que la economía chilena va a crecer más en los próximos años. Sin embargo, no es claro que esto sea atribuible a la gestión del gobierno o al fin de su gestión y a las expectativas de cambio. El presidente también interpela a la audiencia indicando que para volver a crecer debemos promover la inversión y abrir nuevos mercados. Qué duda cabe, pero la inversión cayó en los últimos dos años y al inicio de la administración se promovía la revisión de los tratados de libre comercio. Quizás hubo un aprendizaje, pero los costos para el país han sido demasiado altos.

En relación con el vínculo entre crecimiento económico y el empleo, el presidente señala que para alcanzar el pleno empleo necesitamos crecer más. No puedo estar más de acuerdo, pero los fríos datos muestran que el empleo está estancado y que el desempleo está en torno a 9%, mientras que antes de la pandemia fluctuaba por debajo de 7%. En este contexto, la principal propuesta en materia laboral es que se le dará prioridad al proyecto de negociación ramal. ¿Ayudará esta iniciativa a crear más empleos? No lo creo.

Días después de la cuenta pública, consultado el presidente por la ausencia de medidas para impulsar el crecimiento económico, su respuesta fue: “Yo no estoy acá para dejar contentos a los grandes empresarios”. Lo anterior revela, por un lado, el desconocimiento de la relevancia del crecimiento para reducir la pobreza, crear empleos y generar los ingresos fiscales necesarios para financiar las políticas públicas. Y, por otro, muestra que más allá del cambio de relato, no existe una convicción genuina sobre el valor del crecimiento económico.

En consecuencia, no podemos esperar que este sea un tema prioritario en los meses que quedan de gobierno. Reimpulsar el crecimiento será otra tarea que quedará para la próxima administración.

 

Hermann González B.

Economista de Clapes UC y socio de Valtin Consulting

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