Sueldo mínimo de $500.000 y 40 horas semanales, ¿oportunidad o amenaza para el país?

  • Por Rodrigo Palma, economista U. de Barcelona y director ejecutivo RPBM Consultores. 

 

Desconocer que es necesario aumentar el salario mínimo no sólo parece poco apropiado, sino que también alejado de la realidad de muchas familias, especialmente considerando el alto costo de vida que se observa en nuestro país. Asimismo, desconocer que las jornadas laborales en Chile son exageradamente largas, del mismo modo resultaría poco oportuno, ya que los informes de salud mental que se observan a nivel local son cada vez más negativos, y un elemento central para mejorar la calidad de vida de los chilenos dice relación con disfrutar de mayor tiempo libre. 

No obstante, lo anterior genera una importante carga para las empresas, especialmente para aquellas que gozan de menos recursos y de menor poder de negociación, tanto con sus colaboradores como con proveedores, como son las micro y pequeñas (Mipies) empresas, lo que podría poner en jaque la sobrevivencia de muchas de éstas. No se debe olvidar que las Mipies  generan gran parte del empleo nacional y quienes pagan cerca del 60% de los salarios mínimos del país. Entonces, ¿cómo hacemos para equilibrar el necesario aumento del salario mínimo y la necesaria disminución de la jornada laboral con la estrictamente necesaria existencia de las Mipies? 

La solución a esta interrogante sólo se responde con una palabra: productividad. Debemos ser más productivos, sólo así podremos enfrentar estos desafíos de manera exitosa, convirtiendo esta posible amenaza en una gran oportunidad para el país. Si bien es cierto que la respuesta parece sencilla, su puesta en marcha resulta muy compleja y requiere de enormes esfuerzos de diversos actores, principalmente de micros y pequeños empresarios, de los trabajadores del país y obviamente del Estado. 

Necesitamos de acuerdos y esfuerzos que favorezcan la productividad y para ello se requiere de una fuerte política de capacitación, en lo que el Gobierno a través de Sence está abordando y poniendo énfasis, sin embargo, aún falta. Del mismo modo, es imprescindible que trabajadores y empresarios comprendan la importancia de la capacitación e innovación para que la mejora en las condiciones laborales, a través de un aumento del salario mínimo y de una disminución de las horas de trabajo, representen una mejora real para los trabajadores, empresarios y, por supuesto, para el país que necesita imperiosamente retomar la senda del crecimiento económico a partir de generar un aumento sostenido en la productividad. Ese es el desafío. 

No obstante, cabe hacerse la pregunta: ¿estaremos a la altura? De eso depende, del acuerdo del tridente Estado-Trabajadores-Empleadores y que los cambios no hagan realidad el fantasma del desempleo, del cierre de empresas y de mayor pérdida en la productividad nacional, sino de que representen una oportunidad de mejora en las condiciones laborales, económicas y de bienestar para el país.

 

 

 

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