Cambio de mentalidad de los inversores impulsa “decacornios” en el mundo emprendedor
- Se trata de empresas que están valoradas en US$10.000 millones, a diferencia de los ya conocidos “unicornios” que son firmas valuadas en mil millones de dólares.
Tanto en América Latina como en todo el mundo, el número de compañías catalogadas como unicornios sigue creciendo. De acuerdo con la firma de análisis de negocios CB Insights, poco más de 800 firmas están valoradas en más de US$1.000 millones. Y ahora se vislumbra la aparición de startups que pueden llegar a los US$10.000 millones, las que se conocen como decacornios.
Son empresas de base tecnológica con propuestas innovadoras dirigidas a varios segmentos y rubros a nivel global que tienen la característica de ingresar de manera disruptiva en mercados consolidados a partir de la innovación y la tecnología, desafiando modelos de negocios tradicionales.
«Es la evolución natural de un mercado que avanza con prisa, y sin pausa y apuesta por tecnología disruptiva”, dice Federico Díaz, gerente de Marketing de Nawaiam, quien agrega que “el crecimiento exponencial de estos emprendimientos decantó en la creación del término decacornio para diferenciarlas”.
Por su parte, Cristian Lecaros, CEO de Inversión Fácil, añade que este grupo es tan exclusivo que no lo componen más de 40 empresas, las que pueden llegar a esta valorización mediante “una amplia tracción de nuevos clientes y fuentes de capital de inversionistas disponibles que aceleren este tipo de inversión”.
Un claro ejemplo son las entidades como la plataforma de alojamiento Airbnb, que fue fundada en 2008; la fintech asiática Ant Financial; y la empresa china DiDi. Lo cierto, es que si bien dar el salto de unicornio a decacornio no es fácil, “hay inversionistas que buscan alternativas para poder multiplicar su capital invertido muchas veces”, indica Lecaros, lo que está permitiendo que haya más interés en invertir en startups de este tipo, y así permitirles tramsicionar hacia este nuevo estado.
El éxito de los decacornios se debe en gran medida al cambio de mentalidad de los inversores. “Estamos en un período de cambio de paradigma en cuanto a la estrategia de inyección de capital: los inversores asumen el riesgo de invertir en este tipo de empresas tecnológicas incipientes, en busca de ese nuevo unicornio o decacornio”, comenta Díaz.
“Ese activo financiero”, agrega el gerente de Marketing de Nawaiam, “se produce cuando todo lo generado se reinvierte en innovación, tecnología y crecimiento, en vez de redistribuirlo entre los accionistas”.
De ahí, que el crecimiento acelerado de este tipo de empresa vaya acompañado de una constante reinversión del capital, “pero sin dejar de buscar nuevas inyecciones para mantener ese ritmo que demanda el desarrollo constante en innovación y tecnología”, concluye Díaz.