Kast y Boric pasan a segunda vuelta y por primera vez las fuerzas de derecha serán la mitad del Senado

Con agradecimientos a Dios, a su esposa, Pía Adriasola y a su familia, inició su discurso anoche el abanderado del Partido Republicano, José Antonio Kast, quien en las elecciones presidenciales de ayer obtuvo un 27,91% de los votos y pasó a la segunda vuelta con la primera mayoría.

La satisfacción del presidenciable, además, se complementaba por los resultados parlamentarios, que mostraban una rehabilitación de las fuerzas políticas de derecha y centroderecha, poniendo fin al ciclo de derrotas electorales que vivió el sector después del estallido social. De hecho, según los cómputos de anoche, Chile Vamos y los republicanos sumaban la mitad de escaños en el Senado, un escenario inédito desde 1990.

“Vamos a elegir entre libertad y comunismo, vamos a elegir entre democracia y comunismo. Y somos más fuertes y vamos a demostrar que en democracia vamos a derrotar a esa izquierda intransigente”, dijo el presidenciable del partido Republicano proyectando la siguiente fase de campaña, en un escenario recargado de banderas chilenas. El exdiputado -además- hizo gestos a los adherentes de Yasna Provoste y Franco Parisi.

Aunque la posibilidad de que Kast pasara al balotaje en primer lugar era un escenario que preveían algunas encuestas semanas atrás, mirado en perspectiva, el resultado era completamente inesperado al ser contrastado con los pronósticos que había cuando comenzó la carrera presidencial a inicios del 2021.

A nivel de regiones, el candidato republicano sacó su mejor resultado en La Araucanía (42,16%) y fue el más votado en desde O’Higgins hasta Aysén y en regiones del norte como Arica y Tarapacá.

Kast, además, le sacaba una ventaja de dos puntos a su más cercano perseguidor, el diputado de Convergencia Social, Gabriel Boric, quien también pasó al balotaje con un 25,82%. Incluso en un momento estuvo a seis puntos de distancia, pero el frenteamplista logró a acortar la brecha en el transcurso de la noche. El principal sustento electoral del diputado se dio en la Metropolitana (31%) y Valparaíso (28%).

Aún así, la tarea se torna compleja para Boric, ya que nunca, desde el retorno a la democracia, en 1990, el segundo de la primera vuelta presidencial ha logrado revertir la tendencia.

Pese a los pronósticos optimistas de sus simpatizantes, que ayer en la mañana apostaban en redes sociales a que el diputado podría ganar en primera vuelta, su votación es solo cinco puntos más que el porcentaje que alcanzó la anterior candidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sanchez, quien -sin el apoyo del PC entonces- llegó a un 20,27% en 2017.

El complejo cuadro del frenteamplista se confirmaba además porque los votos que estaba logrando hasta anoche, solo eran levemente superiores a la cantidad de gente que participó de la primaria de Apruebo Dignidad en julio pasado, donde Boric se impuso sorpresivamente al presidenciable comunista Daniel Jadue.

Sin embargo, a favor del abanderado de Apruebo Dignidad (conglomerado que reúne al Frente Amplio y al PC) juega el hecho de que más del 45% de los votantes quedó sin opción para el balotaje. En esta fase nunca había quedado tal magnitud de electorado en suspenso.

Anoche, al comentar los resultados, Boric hizo un llamado a sus adherentes a sumar apoyos. ”No caigamos en ninguneo ni desprecio por quienes optaron por otras alternativas, debemos escuchar y entender por qué tomaron otras alternativas”, dijo.

La gran sorpresa de la jornada electoral -sin embargo- corrió por cuenta del candidato independiente Franco Parisi, quien se estaba quedando con el tercer lugar, con el 12,81%. Pese a nunca pisar suelo nacional durante la campaña y no participar de los debates televisivos, el abanderado del Partido de la Gente logró importantes respaldos particularmente en la zona norte del país. Fiel a su estilo, Parisi agradeció a través de Twitter el apoyo conquistado señalando que “Chile habló. Gracias a los casi 900 mil chilenos que creyeron en una forma distinta a la izquierda y la derecha para gobernar Chile”.

Más abajo en los resultados, los candidatos Sebastián Sichel y Yasna Provoste quedaron desplazados al cuarto y quinto lugar, asestando un duro golpe a los pactos que gobernaron el país en los últimos 30 años.

Marco Enríquez-Ominami y Eduardo Artés -en tanto- alcanzaron 7,61% y 1,47%, respectivamente.

Tenso cierre de mesas

La incógnita de la participación electoral se mantuvo durante buena parte de la jornada. Largas filas en distintos centros de votación auguraban una mayor concurrencia a la de las últimas elecciones, sin embargo ello no ocurrió: la demora en sufragar fue la que explica las aglomeraciones. Casi siete millones de votantes fueron quienes concurrieron a las urnas.

El conteo de votos fue precedido por algunas polémicas en locales de votación, especialmente de la Región Metropolitana, donde hasta las 18 horas se mantenían largas filas de electores en las afueras de los recintos.

Pese a que el Servicio Electoral había determinado que las mesas no podían cerrarse con gente esperando en el exterior o en el interior de los locales, algunos establecimientos cerraron sus puertas dejando a personas afuera. El hecho derivó en reclamos, que llevaron a ciertos jefes de local a reabrir las puertas.

El suspenso del balotaje: Sichel y Provoste no endosaron respaldo

Con la tendencia de las votaciones ya resuelta, que confirmaban que ni Provoste ni Sichel pasarían al balotaje, algunas colectividades anunciaron sus apoyos para la siguiente fase. El primero en hacerlo fue el Partido Socialista que entregó su respaldo a la carta del Frente Amplio. Lo mismo hicieron los dirigentes de Chile Podemos Más, varios de los cuales llegaron hasta la sede de Kast para felicitarlo. No obstante, los presidenciables derrotados pusieron algunas condiciones y una cuota de suspenso.

Sichel particularmente quedó con un sabor amargo, pues en su comando nunca pensaron que los resultados serían tan devastadores. Apostaban a perder con máximo seis puntos de diferencia con Kast.

Si bien reconoció rápidamente su derrota, Sichel solo dijo que estaba abierto a conversar con Kast, recalcando, eso sí, que no votará por Boric. “Tengo diferencias programáticas con José Antonio Kast que estoy dispuesto a conversar”, afirmó el abanderado al tiempo que afirmó que pondría término a su vida pública para dedicarle más tiempo a su familia.

El caso de Provoste, que al menos ganó en Atacama (región a la que representa en el Senado) también abrió recriminaciones dentro de las antiguas fuerzas de la Concertación.

La derrotada presidenciable dijo que estaría atenta a las señales de Boric, pero no comprometió un respaldo, dando a entender, sin embargo, que Kast no era una alternativa para ella. “Nuestra voluntad no puede ser nunca una voluntad neutra de permitir el avance del fascismo que representa José Antonio Kast (…) Seremos oposición (a Gabriel Boric), pero claramente no nos da lo mismo quién gobierne”, dijo.

Nuevo Congreso

Hasta el cierre de esta edición, la derecha y centroderecha se consolidaban sorpresivamente como la principal fuerza política en el Congreso.

En el Senado, donde solo algunas regiones renovaron representantes, el oficialismo lograba 24 escaños, mientras que el Partido Republicano de Kast obtenía un representante con José Manuel Rojo Edwards, quien salió electo en la Región Metropolitana.

Apruebo Dignidad, en tanto, subió a 5 senadores, dos de ellos del PC (Claudia Pascual y Daniel Núñez) que desde 1973 no tenía representación en la Cámara Alta. Nuevo Pacto Social, por su parte, sumaba 17 escaños.

Este equilibrio nunca se había dado desde 1990 por la vía de las elecciones. El precedente más cercano era la mayoría circunstancial que tuvo la derecha en los primeros años de democracia con los senadores designados que, por lo general, actuaban en sintonía con ese sector.

Dentro de la Cámara de Diputadas y Diputados, Chile Podemos Más obtenía 53 escaños y el Frente Social Cristiano 15 cupos, versus 37 de Apruebo Dignidad y otros 37 de Nuevo Pacto Social.

A pesar de que la representación en la Cámara Baja dejaba a la derecha en minoría frente a alianzas hipotéticas entre la izquierda y la centroizquierda, el actual oficialismo y los simpatizantes de Kast conservaban al menos el poder de veto frente para cambios a la Constitución.

Fuente: La Tercera

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