La importancia del liderazgo femenino y la necesidad de fomentarlo en Chile

- Por Johanna Reyes, directora ejecutiva de Comunidad Mujeres Emprendedoras.
El liderazgo femenino tiene varias diferencias con el ejercido por los hombres, ya que son muchas las particularidades, características, impulsos, energías y formas de ver la vida que las movilizan día a día. Está comprobado que las mujeres tienen un mejor manejo y resolución de conflictos, adaptación a procesos de cambio, a tolerar incertidumbres y son más optimistas. Además, poseen un mayor desarrollo de inteligencia emocional, lo que les permite tener más capacidad para construir equipos de trabajo sin perder de vista la productividad y mejores los resultados, por lo que siempre son necesarias en los equipos y en la toma de decisiones en las organizaciones.
Algunas de las características que determinan el liderazgo femenino son, por ejemplo, una orientación hacia las personas, ya que son más sociables, expresivas y cercanas, lo que brinda mucho potencial a la hora de lograr compromisos, sea con los objetivos de la organización o en un proyecto en particular. Del mismo modo, tienen tendencia a la cooperación, lo que hace que el trabajo en equipo sea más natural, pues son activas en la inclusión y conteniendo a las personas, y se preocupan porque los procesos seas ordenados y sanos.
También destacan una mayor capacidad de actuar en muchas direcciones, esto gracias a la capacidad innata de pensar y actuar en muchas direcciones o temas al mismo tiempo, lo que les da una ventaja a la hora de tomar decisiones y enfrentar crisis. Del mismo modo, resalta una conducción más horizontal, inclusiva y pro a la participación, compartiendo el poder y la información con aquellos a quienes conduce, lo que favorece a crear y fortalecer las identidades de grupo.
Por otro lado, existe un predominio superior de lo emocional que les permite tener en cuenta el lado más “humano” de las personas y generar altos niveles de empatía, y una mejor predisposición al cambio, con estilos innovadores y con un firme sentido de la calidad, centrado en la persona, flexible, comunicativo y persuasivo.
Hoy las organizaciones son más planas e interconectadas ya que los cambios son más rápidos que antes. Por eso, se necesitan las características de colaboración, empatía, sensibilidad y consenso que se asocian más con lo femenino. En general las mujeres tienden a ser más participativas para encontrar las mejores soluciones dentro del equipo de trabajo.
Según estudios, al asumir el rol de liderazgo la mujer experimenta cambios en su comportamiento: algunas características propias se acentúan; otras que no había tenido en su carácter aparecen en forma muy fuerte; su capacidad de análisis se vuelve muy rápida y se acelera la precisión en la toma de decisiones. Es que cuando una mujer tiene la oportunidad de liderar o hacerse cargo de un equipo, lo toma como verdadero desafío y pone en foco al proyecto que está llevando a cabo.
El empoderamiento femenino y su liderazgo es muy importante por muchas razones ya expuestas e implica una mayor participación de las mujeres en todos los sectores y niveles de la sociedad, lo que va en directo beneficio para construir economías más fuertes y pujantes, establecer sociedades más equitativas, justas y estables, mejorar la calidad de vida de las familias y también alcanzar los objetivos de desarrollo de un país. Está comprobado que la participación de las mujeres en diversos ámbitos solo traerá réditos positivos, siempre.