La UF ya superó los $ 30.000 y se tomó el debate tras la alta inflación
Como nunca en mucho tiempo, el costo de la vida es tema de debate por estos días. El IPC subió más de lo esperado en agosto y la inflación acumulada en doce meses llegó a máximos desde enero de 2016. Son más de cinco años y medio, lo que de algún modo reivindica la acción del Banco Central de subir la tasa de interés de manera tan fuerte.
Ahora las miradas se vuelcan a la Unidad de Fomento (UF) porque ya supera la barrera de los $ 30.000 por unidad, con todo lo que eso significa para las comisiones de los bancos, los bonos de las empresas, pero, sobre todo, para el precio de las propiedades, los arriendos, dividendos, los seguros, planes de salud y algunas colegiaturas. Es parte de la cotidianeidad de la economía doméstica.
La UF está indexada al IPC, es decir se ajusta según varíen los precios de los bienes y servicios medidos en el Índice de Precios del Consumidor que calcula el INE, y hace una década, exactamente el 8 de agosto de 2010, estaba en $ 21.227,57. Y 10 años antes, el 8 de agosto de 2000, en $ 15.486,27. Ahora que cumplió el hito de los $30 mil, volvió a estar presente en la opinión pública.
El origen
La UF nació en los años 60, en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, en el contexto de una economía que sufría con la inflación; con registros de dos dígitos y con un Banco Central que no era autónomo como se lo conoce en la actualidad.
Su objetivo fue revalorizar los ahorros de la gente de acuerdo con las variaciones porcentuales del IPC, permitiendo que el dinero ahorrado en bancos y cajas (de la época) mantuvieran su poder adquisitivo y no se desvalorizaran. Posteriormente, su uso se extendió al sistema crediticio.
La UF tuvo como medida inicial, en 1967, un valor trimestral de Eº 100 (cien escudos) que era reajustado trimestralmente, según el IPC del trimestre anterior. Luego el escudo fue cambiado por el peso, debido a que la inflación hizo que perdiera poder adquisitivo.
En octubre de 1975, se decide que la UF se expresará en pesos chilenos y con un reajuste mensual. En julio de 1977 se ajusta diariamente entre los días 10 de cada mes y 9 del siguiente, de acuerdo con la variación mensual del IPC. Desde 1990, el Banco Central de Chile ha determinado su valor.
“El auge de la UF se explica, principalmente, porque en aquellos años el país tuvo altas tasas de inflación. Por ejemplo, en la década de los 70, el promedio anual bordeó los 200% (…) Fue entonces natural tratar de encontrar un medio que eliminara ese riesgo y la UF lo hace”, recuerda el economista y exministro, Rolf Lüders.
A la UF se la considera como una de las primeras unidades de cuenta indexada del mundo y, en términos generales, se la ha evaluado de manera positiva tanto a nivel local como internacional. Sin ir más lejos, el Nobel de Economía 2013, Robert Shiller, la calificó en su minuto como un éxito e incluso propuso aplicar un mecanismo similar en EEUU.
“Dada la historia inflacionaria chilena, ha jugado un rol fundamental en el desarrollo del mercado de capitales chileno, proporcionando una unidad de cuenta que se ajusta según la variación del IPC. Esto ha permitido crear un mercado de financiamiento a mediano y largo plazo que ha sido un gran apoyo para el financiamiento de las viviendas y de otras inversiones de largo plazo”, comenta Vittorio Corbo, expresidente del Banco Central.
Detractores
Algunos consideran a la UF como una moneda paralela y derechamente plantean eliminarla (uno de los precursores fue el excandidato presidencial, Francisco Javier Errázuriz) o empezar a pagar los sueldos en UF.
Los ciudadanos que quieran eliminarla es porque básicamente ajusta las mensualidades de los colegios, arriendos y dividendos, en un contexto en donde los salarios no suben a la par de la inflación, al menos no en todos los sectores.
Esteban Carrasco, director Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián, lo explica así:
“Si una persona en agosto de 2020, pagaba $100 mil en dividendo, en agosto de este año ya está pagando casi $105 mil. El problema es que los salarios no suben tan rápido como aumentan los precios o el IPC, entonces, lo más probable es que las personas estén viendo que su sueldo no se ha movido y que, sin embargo, las cosas que consumen se han vuelto más caras. Es decir, el poder adquisitivo ha ido disminuyendo”.
Además, se produce algo curioso en torno a esta indexación. Por ejemplo, si sube el pan (y otros productos), ese aumento hace subir el IPC, el que, a su vez, hace subir la UF. Y como hay muchas cosas atadas a la UF, se termina generando de manera paralela otra presión inflacionaria.
Las expresiones en contra de la Unidad de Fomento se han dejado ver especialmente en redes sociales como Facebook, TikTok y Twitter, en donde incluso se creó el hashtag #NomasUf. Lo que no dicen, eso sí, es que si no existiera la inflación, los reajustes se harían por el IPC de todas maneras. No se puede eliminar el IPC. Las grandes empresas y parte de las medianas y pequeñas, suelen ajustar sus sueldos por IPC.
Fuente: La Tercera