Los líderes se capacitan en plena pandemia para ser más empáticos con sus colaboradores
El trabajo a distancia ha sido todo un reto para las entidades, las que no solo han tenido que transformarse digitalmente o, al menos, avanzar hacia la digitalización de algunas tareas, sino que también han tenido que aprender a gestionar el teletrabajo.
En esta tarea, los jefes se han tenido que hacer cargo de esta labor, coordinando diferentes asuntos con sus equipos de trabajo, en un formato que no muchos manejaban o no se usaban para estos fines. Es así como, además de cuidar que las labores sean hechas, los jefes también han aprendido a percibir qué sienten los colaboradores, sobre todo, porque muchos están cansados, ansiosos y estresados.
Antes de la pandemia, ya se evaluaba cómo los jefes estaban liderando a sus equipos. “Está comprobado empíricamente que las personas terminan renunciando a jefes y no a sus empresas”, comentó Horacio Llovet, socio de Nawaiam.
Pero ahora, en planea pandemia, estos temas están candentes, y para muchas instituciones es clave prestarles atención. Llovet indicó que “uno de los temas que se deben abordar es cómo los jefes pueden fortalecer su liderazgo en base a cómo los inspiramos, motivamos y enseñamos a ser mucho más empáticos”.
Esto es fundamental, porque “si hoy no fortalecemos a los líderes que están a cargo de los equipos de trabajo, tendremos un gran problema”, manifestó Llovet, dado que son estos mismos líderes los que impulsan muchas veces los cambios en la productividad, la innovación, resiliencia, entre otros temas, al interior de las empresas.
En un formato híbrido, donde las reuniones se realizan por plataformas como Zoom, Microsoft Teams o Google Meet, y que pueden ir de una a cuatro o más a la semana, no es extraño que haya un cansancio o también llamado fatiga digital. En este contexto, los líderes más que nunca deben estar atentos, no necesariamente controlando, pero sí pendientes de lo que sienten sus equipos.
Llovet dijo que “se debe medir el trabajo por objetivos y no por horas. En Chile se viene hablando de productividad hace 50 años, pero en las últimas décadas el PIB creció 300% mientras que la productividad sólo el 7,8%. Tenemos que cambiar el formato de evaluación del trabajo”.
En el teletrabajo o en un modelo mixto, es probable que se puedan realizar reuniones o actividades presenciales para compartir, presentar resultados o debatir sobre asuntos estratégicos. Después de todo, señaló Llovet, “es un nuevo formato que parece más productivo, ya que hay menos gente en la calle o colapsando el metro, por ejemplo”.
El desafío, sin duda, será que las empresas pongan a la persona en el centro de todo, valoren el bienestar de sus trabajadores y humanicen los procesos y las empresas. Y esto, debe ser ejecutado por un líder comprometido, cercano, claro y creíble.